Se cuentan con unas habitaciones individuales o compartidas y zonas comunes para poder jugar, rascar, saltar, escalar…
Igual que con los perros, se busca el bienestar de cada animal, dándoles a los gatos, por ejemplo, mucho tiempo y espacio para su adaptación, sin llegar a forzar el vínculo. Una vez que ya se encuentran cómodos se les dan mimos y se les cepillan, como en el servicio PERRUCAN.